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El barrio comienza a gestarse durante las primeras décadas del siglo XX. Los terrenos estaban divididos entre varios terratenientes, entre los que destacaba el marqués de Sant Mori, Francisco de Moixó, propietario, además, de la torre de Can Anglasell (hoy desaparecida), la cual daría nombre al barrio en sus primeros años.
Algunos propietarios empezaron a parcelar y vender sus tierras en 1915. Su idea era crear una urbanización de segundas residencias para familias acomodadas barcelonesas. Se suele pensar que el nombre del barrio sale de esta primer intento de crear una urbanización de veraneo, para 'hacer salud'. Pero en 1925, la demanda de la vivienda había crecido mucho más, sobre todo a raíz de las obras del Ferrocarril Metropolitano de Barcelona, el metro, inaugurado en 1924, y las obras que se estaban llevando a cabo derivadas de la Exposición Universal de 1929. el promotor, Anselmo del Río, a fin de satisfacer la demanda, presentó un proyecto al Ayuntamiento que configuraría buena parte del barrio actual, que con la llegada de los inmigrantes lo harían crecer de manera desmesurada y precipitada, con falta de servicios. Esta situación contribuyó a una visión negativa de muchos badaloneses sobre el barrio, el cual llamaban como Gurugú o barrio de la Puñalada.
Tras la Guerra Civil, la llegada de inmigrantes es masiva, sobre todo desde Andalucía, en la búsqueda de oportunidades. Agravó el fenómeno del chabolismo, ya iniciado en la década de 1920, e incluso las cuevas refugio del cerro de en Caritg fueron reutilizadas como viviendas. También se produce el fenómeno de las casas de autoconstrucción, pues muchos vecinos recién llegados sólo tenían suficiente para comprarse un terreno, que los antiguos propietarios agrícolas venían sin hacer ningún tipo de inversión en los terrenos. Todo esto, ocurre al margen de la administración municipal, que no es un actor destacado en este terreno. Sin embargo, las condiciones de vida mejoraron, sobre todo a partir de los años cincuenta, con la construcción de infraestructuras y la puesta en marcha de servicios básicos para el barrio, muy reclamados desde el vecindario, como la iglesia, la escuela o un mercadillo; aunque muchas otras reivindicaciones quedaron sin respuesta. Grupo Virgen de la Salud detrás del Colegio Nacional Francisco Franco, hoy CEIP Alexandre Galí, 1975.5
Durante esta década también aparecen una serie de instrumentos al abrigo de los problemas que estaban sucediendo. Estos son el Plan Comarcal de 1953, de carácter técnico; la constitución de la comarca de Barcelona, meramente administrativa; y la Ley del Suelo de 1956, que era de orden legal. En las dos décadas siguientes, la ciudad crece a partir de planes parciales, muchos de promoción privada. El Plan Comarcal pone en marcha mecanismos de producción de vivienda cualitativamente diferentes.